Las mejores películas de terror de Deborah Odell

Paul y Jessie Duncan (Greg Kinnear, Rebecca Romjin-Stamos) han perdido a Adam (Cameron Bright), su hijo de ocho años, en un trágico accidente. Durante los preparativos del entierro, el doctor Richard Wells (Robert De Niro) les hace una propuesta increíble: clonar a su hijo para devolverlo a la vida. El matrimonio acepta, a pesar de los obvios inconvenientes legales, éticos y morales que se les plantean en este fáustico pacto con el doctor Wells. El secretismo que se les exige es insignificante comparado con el hecho de que su hijo tenga otra vez la oportunidad de vivir. La pareja debe entonces trasladarse a Riverton, donde Adam será clonado en la impresionante clínica de fertilidad de Wells.

Aidan Breslin (Dennis Quaid) es un amargado detective devastado por la reciente pérdida de su mujer. Mientras investiga un caso, Aidan descubre una inquietante conexión entre sí mismo y los sospechosos de unos asesinatos en serie que se están cometiendo, un vínculo cuyas pistas le llevan a "Los cuatros jinetes del apocalipsis".

Sydney es una periodista ambiciosa que, en la investigación un suceso, se ve extrañamente atraída por Anna, la directora de una conocida agencia de contactos por Internet. Sydney lo desconoce, pero Anna es la líder de un grupo de mujeres vampiro que usa la web para atrapar a las mejores víctimas masculinas. Sydney es clave en el plan de Anna, que la seduce prometiéndole una eternidad de placer carnal. Mientras, el último descendiente del cazavampiros Van Helsing emprende una nueva misión para acabar con esta misteriosa secta. Para ello cuenta con la ayuda del exterminador Gruber.

Paul (James Van Der Beek) es un guionista completamente bloqueado, decide encerrarse en su apartamento porque tiene 18 días para escribir la historia que definitivamente lance su carrera. Su historia comprende personajes de su pasado, incluyendo a un payaso aterrador y desfigurado, los juegos de "cabin fever", etc. Y muy pronto se encontrará viviendo en un mundo donde le es muy difícil distinguir entre lo que es verdadero y ficción, la línea entre la cordura y la locura es tan delicada que acabará sufriendo consecuencias fatales. (FILMAFFINITY)