Las mejores películas de suspense de Tom Hughes

Evan McCauley tiene habilidades que nunca aprendió y recuerdos de lugares que nunca ha visitado. Automedicado y al borde de un colapso mental, un grupo secreto que se hace llamar "Infinitos" acuden a su rescate, revelando que sus recuerdos son reales.

Johnny Worricker (Bill Nighy) es un veterano agente del MI5. Su jefe y mejor amigo Benedict Baron (Michael Gambon) muere repentinamente, dejando tras de sí un archivo inexplicable, que amenaza la estabilidad de la organización. Mientras tanto, un encuentro aparentemente casual con la llamativa vecina de al lado de Johnny y activista político Nancy Pierpan (Rachel Weisz), parece demasiado bueno para ser verdad. Johnny se ve obligado a salir de su trabajo, y luego de su identidad para descubrir la verdad. Situada en Londres y Cambridge, de ocho páginas es una película de espías contemporáneos de la BBC, que aborda cuestiones de inteligencia y los dilemas morales propios de este nuevo siglo.

Londres, Inglaterra, mayo de 2000. La pacífica vida de la anciana Joan Stanley se ve repentinamente perturbada cuando es detenida por el Servicio de Inteligencia Británico y acusada de proporcionar información a la Rusia comunista durante los años cuarenta.

Cuenta la historia de Mickey Tomlinson (Tom Hughes), un cocinero militar que se presenta al proceso de selección más peligroso que existe: la del Servicio Aéreo Especial (SAS). Dentro del Regimiento de Fuerzas Especiales del Reino Unido, el SAS es la unidad más renombrada de todas, a la que se encargan las misiones más difíciles en los lugares más peligrosos del planeta. Mickey tiene más experiencia militar que la de un simple cocinero, algo que oculta a los demás candidatos. Mickey es aplastado por el proceso de selección, su mente, su cuerpo y su alma piden misericordia, sometido a durísimas marchas forzadas en las montañas, corriendo para salvar la vida durante la prueba de “Escape y Evasión” o sufriendo el peor interrogatorio posible durante la infernal fase conocida como “Cuestionamiento Táctico”. Pero incluso después de todo eso, queda todavía una única manera de probarse a uno mismo: en combate… Son muchos los que intentan entrar en el SAS, pero sólo la élite lo consigue.