Las mejores películas de Kenji Mizuhashi

Takaki y Akari son dos compañeros de clase en la escuela primaria. Durante su tiempo juntos se volvieron amigos cercanos. Su relación es puesta a prueba cuando Akari se muda a otra ciudad debido al trabajo de sus padres. Ambos sufren dificultades para mantener su amistad viva, mientras el tiempo y la distancia lentamente los separa. Cuando Takaki se entera que se muda a un lugar más lejano, decide visitar a Akari por última vez.

El sabor del té es un homenaje al cine costumbrista clásico japonés, donde la familia es la base de creación de historias mínimas. Aquí tenemos a los Haruno, conformada por un abuelo ex dibujante y con mente de niño, un hijo que es odontólogo pero practica la hipnosis con sus pacientes y su familia, su esposa, una ex artista de animación que quiere retomar su carrera, el cuñado, que es un ingeniero de sonido y sus hijos, un joven enamorado de su compañera de colegio que intenta conquistarla a través del milenario juego del Go y la pequeña niña que tiene como "amiga" imaginaria a su yo gigante de la cual quiere deshacerse.

Hace tiempo que Michi, Yunko y Yabe no tienen noticias de un amigo. Cuando Michi va a visitarlo a su casa lo encuentra un poco extraño. Aunque él dice encontrarse bien, al poco rato se encuentra colgado del techo. Por otro lado tenemos a Ryusuke, que prueba a conectarse a internet por primera vez, sin mucho éxito. De pronto su ordenador comienza a entrar solo en la red, y aparece una extraña página web, donde aparecen turbadoras imágenes de habitaciones oscuras y finalmente un inquietante mensaje: "¿Quieres ver un fantasma?".

Como un cachorro de labrador, Quill es entregado para vivir con una pareja, Isamu y Mitsuko Nii, que trabajan como voluntarios entrenando perros-guía. Cuando se convierte en un perro adulto es llevado a un centro de entrenamiento por un amistoso pero firme entrenador llamado Satoru Tawada. Aunque Quill es un poco más lento que los demás perros, parece tener una empatía inusual y una paciencia especial con sus entrenadores. Tawada decide que Quill será el perro-guía ideal para Mitsuru Wanatabe, pero él, un solitario y malhumorado hombre de mediana edad, no es tan entusiasta ("preferiría dormir antes que ser arrastrado por ahí por un perro"). A partir de ese momento la historia es narrada por la hija de Wanatabe, Mitsuko, y poco a poco Wanatabe se rehabilita, aventurándose al mundo exterior y aprendiendo no solo a confiar en otras personas, sino también en el animal que lo guía.