Las mejores películas de crimen de Venancio Muro
Venancio Fernández Muro, conocido artísticamente como Venancio Muro (Madrid, 28 de julio de 1928 - Madrid, 10 de abril de 1976), fue un actor español. Tras formarse artísticamente en el Teatro Español Universitario y trabajar durante la década de los 50 en espectáculos de revista, debuta en el cine en 1959. Condicionado por su físico menudo y poco agraciado, los papeles que ha interpretado responden en muchas ocasiones a un mismo patrón: personajes de reparto incultos y un tanto folclóricos pero entrañables en todo tipo de comedias. Repetiría el estereotipo en numerosos espacios de televisión - medio en el que debutó con el espacio musical La Goleta - a lo largo de los 60 y 70, como Estudio 1, El último café (1971) o Pili, secretaria ideal (1975). Obtuvo el Premio del Sindicato Nacional del Espectáculo por El marino de los puños de oro (1968).
El alijo
6,2/10
Paco, un camionero que siempre se ha dedicado al contrabando, contrata como ayudante a Curro, un joven con deseos de ganar dinero sin que le importen demasiado los medios. Los dos conductores se ven sorprendidos por una oferta que sobrepasa con mucho lo que acostumbran a percibir pero tienen que transportar emigrantes clandestinos procedentes de Portugal hasta la frontera con Francia.
Con la música a otra parte
4/10
A su llegada a Madrid, el compositor alemán Franz es confundido con un contrabandista. La policía asigna a un agente femenino para que le vigile.
Labios rojos
5,7/10
Lola y Mari, alias "Labios Rojos", son dos jóvenes investigadoras algo alocadas que se dedican en secreto a capturar malhechores ayudando al comisario de la ciudad, que sólo las conoce por las cartas firmadas con un beso de carmín que dejan junto al criminal. Cuando roban el diamante Kallman, un extraño millonario europeo contrata a Labios Rojos para que lo recuperen.
Chantaje a un torero
4,9/10
Una chica tiene dos pretendientes: un famoso torero del que está enamorada y un peón al que rechaza. Su relación con el torero se ve empañada por el acoso al que él la somete. Tras sufrir una grave cogida, el torero salva la vida gracias al relicario que ella le regaló.
