Las mejores películas de Minami

En el amanecer de un nuevo milenio, el país está al borde del colapso. Millones de personas vagan sin empleo. La violencia en la escuela está descontrolada y adolescentes rebeldes protagonizan boicots masivos. El gobierno contrataca con “Battle Royale”. Cada año, una clase es escogida al azar para que se enfrente, en una isla abandonada, a un cruel juego de supervivencia.

El fotógrafo de guerra W. Eugene Smith regresa a Japón a documentar los efectos devastadores del envenenamiento por mercurio en las comunidades costeras japonesas.

Tsugumi Dozono trabaja en una gran empresa de electrónica en Tokio. Le gusta pasar sus vacaciones con su abuela en el campo. Cuando la anciana muere, Tsugumi decide trasladarse a vivir a la casa de ésta y trabajar desde allí, pero cuando lo hace se encuentra con Jun Kaieda, un hombre de mediana edad un poco extraño, que le cuenta que es un antiguo alumno de la abuela, quien le dio una llave de la casa. Sin saber a ciencia cierta la relación entre Jun y la fallecida, Tsugumi decide aceptarle y comienzan a compartir la vivienda

Kiyoha, una niña que es vendida a un distrito de geishas y que, aunque al principio odia ese mundo, termina afrontando su destino y luchar para llegar a convertirse en una oirán, una cortesana de alto rango.

Basada en el manga de Wakasugi Kiminori, dirigida por Toshio Lee y protagonizada por Kenichi Matsuyama (L en las películas de Death Note), "Detroid Metal City" cuenta la historia de un joven tímido que sueña con ser cantante "pop" y que encontrará en la música metal y el maquillaje una salida a la monotonía.

En la región japonesa de Nara, una ensayista francesa (Juliette Binoche) conoce a un misterioso hombre que vive en las montañas (Masatoshi Nagase). A pesar de la barrera del lenguaje y la cultura, ambos sentirán la necesidad de acercarse el uno al otro.

Mientras camina por los túneles de la estación de metro de Shinuku, el famoso escritor Yosuke Mikura descubre a una extraña mujer aparentemente borracha que se dedica a recitar poesía francesa. Su nombre es Bárbara. Mikura decide llevarla a casa para que pueda comer algo y asearse con tranquilidad. Antes de darse cuenta, Bárbara se convierte en la sombra que acompaña a Mikura a todas partes, salvándole de sus propias ilusiones de grandeza y de los ataques de sus enemigos. Pero del mismo modo que Mikura no es ningún santo, Bárbara tampoco es un ángel: a medida que ambos se conocen, el artista se obsesiona con conocer los secretos que ella esconde, rodeándose de ladrones, sadistas y de criaturas mitológicas. El mundo que descubre Mikura le lleva a preguntarse si ha perdido la cordura.