Una particular inmersión en el universo del legendario cineasta Orson Welles a través de cientos de dibujos y pinturas realizados por el propio director de Ciudadano Kane (1941) o Sed de mal (1958). El acceso exclusivo a este material nos aproxima de una manera diferente a la figura de Welles, como nunca nadie lo había intentado antes. Y es que, aunque su faceta como artista plástico nunca ha sido reconocida, su arte sigue vigente más de 30 años después de su fallecimiento.