Las mejores películas de Marina Abramović

La artista serbia Marina Abramovic expone su obra en el museo de Arte Moderno de Nueva York, MOMA, y como reza el título del documental, ella estará presente". Abramovic se situará en mitad de la sala mirando fijamente a una silla vacía frente a ella mientras los asistentes repasan su retrospectiva alrededor de la sala. Que uno de los museos más prestigiosos del mundo te ofrezca presentar la obra de toda una trayectoria profesional es una oportunidad muy grande para cualquier artista, por lo tanto, este film recogerá uno de los hitos más importantes en la carrera profesional de Abramovic, que, por otro lado, no es la primera vez que presta su cuerpo como obra de arte en sí misma, experimentando la relación que se establece entre artista y audiencia.

El narrador y mago conceptual Derek DelGaudio intenta comprender la naturaleza ilusoria de la identidad y responder a la pregunta engañosamente simple "¿Quién soy yo?"

Retrato biográfico de la coleccionista y galerista Peggy Guggenheim, dirigido por Lisa Immordino Vreeland, que ya llamó la atención con su anterior trabajo "Diana Vreeland, la mirada educada". Basado en su autobiografía, "Confesiones de una Adicta al Arte", el documental cuenta como la heredera de la familia Guggenheim llegó a convertirse en una figura clave del arte contemporáneo. Su vida personal estuvo estrechamente ligada al ascenso de figuras clave del arte del s. XX, fue amante de Jackson Pollock, Alexander Calder y Marcel Duchamp, entre otros y los ayudó a situar su obra entre las más reconocidas y cotizadas del mundo del arte.

InnSæi, una historia de búsqueda del alma, ciencia, naturaleza y creatividad, nos lleva a un viaje global para descubrir el arte de conectarse en el mundo actual de distracción y estrés.

“Blurred Lines” arranca con el día en el que la corporación Lehman Brothers se declaró en bancarrota, evento que se considera el inicio de la crisis económica de 2008, y lo contrapone a una venta efectuada 24 horas después de una pieza del británico Damien Hirst por 300 millones de dólares. 10 años más tarde, nada parece haber afectado al mundo del mercado del arte, el cual al contrario a otros muchos sectores, no se ha visto afectado por la crisis financiera en lo más mínimo, y sufre una inflación astronómica. Los antiguos mecenas del arte (reyes, nobles y papas) han sido reemplazados por corporaciones y coleccionistas multimillonarios que en la búsqueda de inversiones han convertido los procesos de tasación y venta de obras en procesos oscuros, secretos y no reglamentados.