Las mejores comedias de Tinto Brass

Director de cine italiano. Debe su nombradía -bien relativa por lo demás- a sus filmes eróticos, pretenciosas y execrables mixturas de esteticismo decadente y guiños intelectuales mal digeridos. Ayudante de dirección de Roberto Rossellini, debutará como realizador en 1963 con ‘Chi lavora è perduto’, dirigiendo a continuación algunas de sus más estimables cintas, ‘Il disco volante’ (1964), ‘El yankee’ (1966), ‘Al margen de la sociedad’ (1970), ‘Amargo despertar’ (1971). La segunda etapa de su carrera, progresivamente mediocre y vendida al comercio, comienza en 1976 con ‘Salón Kitty’, primera de sus tentativas en un cine erótico de calidad, tan discutible en la forma como tendencioso en el contenido, y dominado además por una puesta en escena inoperante, desaliñada y gratuita; fiel a la moda desatada por el no menos burdo y sensacionalista ‘Portero de noche’ (1973) de Liliana Cavani, a la sazón entrega germinal del subgénero denominado “porno nazi”, ‘Salón Kitty’ determinó, gracias a su repercusión comercial, el curso que habría de seguir la carrera de Brass: erotismo de trazo grueso y pornografía acicalada. Estos defectos se acentuarán sobremanera en ‘Calígula’ (1979), detestable e hipertrofiada superproducción, con un guión de Gore Vidal tan soez y efectista como el tratamiento visual desplegado, pese a su abierto hincapié teatral -subrayado por las interpretaciones de actores como Peter O’Toole, John Gielgud o Helen Mirren-; la película, un millonario producto Penthouse al fin y al cabo, sucumbió en la mesa de montaje ante las mezquinas intenciones -léase añadiendo al metraje original insertos netamente pornográficos- de los productores, hundiendo el trabajo de Brass en el más ridículo, anacrónico y atroz desconcierto. De su filmografía posterior, virtualmente indefendible, apenas merecen citarse ‘La llave secreta’ (1983) y ‘El hombre que mira’ (1994), inenarrable adaptación de una novela de Alberto Moravia. Monamour (2006)